Lunes, 11/11/2013
Problemas del mundo
contemporáneo
TOMÀS ALVARO
DEBER N
1.-Investigar sobre las dictaduras en un país de
Latinoamérica.
DICTADURA DE ECUADOR 1972
Guillermo Rodríguez Lara
El General de
División Guillermo Rodríguez Lara es un militar y político ecuatoriano. Fue el
hombre fuerte y dictador de Ecuador durante un lapso de casi cuatro años, tras
el derrocamiento pacífico de José María Velasco Ibarra. Gobernó el país desde
el 15 de febrero de 1972 hasta el 11 de enero de 1976.
Asumió el poder en
virtud de ser el oficial más antiguo al momento en que las Fuerzas Armadas del
Ecuador decidieron intervenir políticamente y dar un golpe de Estado para
establecer un gobierno que se autodenominó arbitraria y unilateralmente
"nacionalista y revolucionario", cuyo objetivo era controlar e
invertir los cuantiosos ingresos producidos por la exportación de petróleo que
se comenzaron a percibir a comienzos de la década de los setenta, coincidiendo
esto con la crisis energética mundial que aquejó al mundo por aquellos años, y
que en lo principal afectó a Europa y Estados Unidos. Su asunción al poder se
dio en medio de un ambiente bastante convulsionado e incierto, y debido a que
se quiso evitar la celebración de unas elecciones generales cuyo ganador ya se
sabía de antemano. Con ello se logró impedir que Assad Bucaram participara y
ganara en las elecciones de 1972. En un principio se pensó, e incluso pareció,
que el gobierno de Rodríguez Lara iba a ser de una tendencia marcadamente
progresista o izquierdista, mas esto no se cumplió y el paso del tiempo se
encargó de rectificar dicha creencia. Finalmente no se cumplieron las
expectativas iniciales de cambio que se depositó en el nuevo gobernante, lo
cual produjo un desgaste inevitable e irreversible de la gestión del general
Rodríguez Lara, circunstancia que culminó con su alejamiento definitivo del
poder.
Algunos antecedentes políticos relacionados con el
golpe
Como Comandante
General del Ejército propició, autorizó y lideró un golpe de estado incruento y
exilió arbitrariamente al anterior presidente, José María Velasco Ibarra, a
Buenos Aires, Argentina. Esto se debió al complejo momento político que vivía
el Ecuador en ese momento, el cual incluía el peligro inminente de que
estallara una guerra civil debido a la polarización de las facciones que
pretendían llegar al poder. El país estaba a las puertas de unos comicios
generales que nunca se celebraron, y en los que el casi seguro ganador habría
sido Assad Bucaram, personaje populista y con mucha llegada entre la clase
trabajadora que no era del gusto de la oligarquía criolla, de los sectores
conservadores ni de la cúpula de las fuerzas armadas. Bucaram militaba
activamente en un partido denominado Concentración de Fuerzas Populares (CFP),
carente de una ideología concreta, del cual era su líder más visible y
combativo. Ninguno de sus contendores exhibía el arrastre y la fuerza electoral
que a éste se le atribuía, si bien por esos años las encuestas de opinión o de
intención de voto prácticamente no existían en el Ecuador. El análisis empírico
de la situación sugería que Bucaram iba a ganar sin contrapesos. Su verborrea
encandilaba a las masas populares, pese a ser considerada vulgar y poco
refinada para el segmento más educado de la población de Ecuador.
Previamente, el
presidente Velasco Ibarra se había declarado dictador en 1970, disolviendo a
partir de ese instante el parlamento, creándose, de esa manera, las condiciones
que condujeron a culminar en febrero de 1972 con la toma del poder de parte de
los militares ecuatorianos. Pese a todo, la interrupción del proceso
democrático fue inesperada y tomó por sorpresa a los actores políticos del
país, los cuales casi ni reaccionaron. La democracia apenas había alcanzado a
durar unos pocos años, desde que la Junta Militar dirigida por el contralmirante
Ramón Castro Jijón fuera obligada a renunciar tras una violenta revuelta
popular. Y de los tres presidentes que sucedieron a la Junta Militar hasta
el golpe de Rodríguez Lara, solo uno, Velasco Ibarra, fue elegido en las urnas.
Los otros dos, Clemente Yerovi Indaburu y Otto Arosemena Gómez, accedieron a la
presidencia en circunstancias completamente diferentes y en calidad de
mandatarios interinos.
Golpe de estado y llegada de Rodríguez Lara al
poder.
De alguna manera,
estas circunstancias, en gran parte imprevistas, empujaron a las fuerzas
armadas a tomar la decisión de intervenir activamente en el destino del país,
dándose el 15 de febrero de 1972 un golpe de estado incruento e inesperado, el
que fue ejecutado materialmente por un oficial de la Armada del Ecuador, el
comandante Jorge Queirolo Gómez, pero que llevó finalmente al general Guillermo
Rodríguez Lara al poder. El golpe en sí sucedió en la ciudad de Guayaquil, sin
que se produjeran hechos de violencia, hubiera víctimas o heridos que lamentar
y sin que se disparara ni un solo tiro. El despliegue militar fue mínimo y pasó
prácticamente inadvertido. Todo ello se dio gracias a la pericia del comandante
Jorge Queirolo, quien, pese a ser el que ejecutó materialmente el derrocamiento
de Velasco Ibarra, solo asumió el poder por unas pocas horas, cediéndolo casi
de inmediato, durante la madrugada, al general Rodríguez Lara. Cabe resaltar
que el ejército no reaccionó frente al golpe ni tampoco intentó detenerlo, pese
a que en Guayaquil disponía de los efectivos suficientes como para hacerlo. El
factor sorpresa también estuvo ciertamente presente, pues los sucesos se dieron
durante el Martes de Carnaval, al anochecer, en medio de un feriado tradicional
en el Ecuador, en momentos en que el país estaba de fiesta y con la mayor parte
de los ecuatorianos dedicados a descansar. Prácticamente nadie estaba pendiente
del acontecer político o siquiera de las noticias. La oficialidad del ejército
acantonada en Guayaquil, concretamente los que estaban asignados a la Brigada de Infantería
Guayas, situada entonces cerca del centro de la ciudad, no fue la excepción.
Durante esa jornada solo había unos pocos soldados más un oficial de guardia
presentes, para quienes el golpe pasó totalmente desapercibido.
Ese mismo día,
Velasco Ibarra fue expulsado de Ecuador y obligado a abordar un avión de la Fuerza Aérea del
Ecuador (FAE) que lo trasladó a Panamá, país desde donde partió a su exilio
definitivo en Argentina, de donde regresó a Ecuador en 1978 tras la muerte de
su esposa Corina del Parral. Se instauró entonces una era relativamente breve
de gobiernos militares que, en total, considerando a los sucesores del general
Rodríguez Lara, dirigió durante algo más de siete años los destinos del
Ecuador, hasta que se produjo el retorno definitivo a la democracia el 10 de
agosto de 1979, con la asunción de Jaime Roldós Aguilera.
La
presidencia
El General Rodríguez se definió
políticamente, en su momento, como un ecuatoriano de izquierda moderada y con
afanes claramente progresistas, pero sin tendencias totalitarias,
marxista-leninistas o prosoviéticas. Su gobierno se caracterizó por ser
abiertamente diferente a las dictaduras militares imperantes en el cono sur
durante la década de los 70, pues la represión que hubo fue más bien menor. Esa
represión estuvo muy focalizada en ciertos opositores y no se reportaron casos
confirmados de desaparecidos políticos entre 1972 y 1976. De hecho, muchos
chilenos que huían de la violencia de la dictadura de Augusto Pinochet se
exiliaron sin problemas en Ecuador, entre 1973 y 1976. No obstante, Rodríguez
Lara tampoco estaba de acuerdo en renunciar a gobernar en favor de la
instauración de un sistema democrático. Pasada la luna de miel, después de
1972, los partidos políticos pedían o pretendían un pronto retorno al orden
constitucional. Rodríguez Lara fue terminante: "No permitiré que los
partidos políticos se conviertan en tutores del gobierno".En lo gubernamental Rodríguez Lara retomó
Medidas
represivas
El presidente decretó el régimen
jurídico de "estado de sitio" y lo mantuvo cerca de cuatro años,
durante la mayor parte del tiempo que gobernó. Empezó a gobernar con mano de
hierro, pero esta postura paulatinamente se fue ablandando. Encarceló a varios
periodistas que se atrevieron a criticarlo. En octubre de 1973 hizo confinar en
Fiscalización
del último gobierno velasquista
Rodríguez Lara fiscalizó e investigó,
con un cierto aplauso inicial de la opinión pública, a algunos altos personeros
del último régimen velasquista, no sin caer en ciertos excesos de precipitación
como en el caso de Alfonso Arroyo Robelly, quien justamente había sido uno de
los ministros favoritos de Velasco Ibarra. Arroyo Robelly fue absuelto luego de
pasar largos meses encerrado en la cárcel.
Algunos
datos adicionales
Propuso un plan de gobierno de
tendencia nacionalista y revolucionaria, el cual estuvo integrado por dos
documentos: "Principios filosóficos y plan de acción del Gobierno" y
"Plan integral de transformación y desarrollo". Además, decretó el
"estado de sitio" y lo mantuvo cerca de cuatro años, durante la mayor
parte del tiempo que gobernó, con suspensión de todas las garantías
constitucionales, sin que existiera un motivo real o de peso para ello. Confinó
en las provincias orientales a varios líderes opositores que se atrevieron a
levantar la voz en contra de su gobierno, al que consideraban ilegal,
dictatorial y arbitrario. También intervino
Obras
ejecutadas
Durante su mandato, comenzó la
producción petrolera en la región amazoníca del país y con los fondos obtenidos
de las regalias petroleras se construyeron obras públicas como hospitales,
centros de salud, escuelas, caminos, carreteras (se asfaltó la carretera de Quito a Tulcán),
etcétera. También se construyó la refinería petrolera de Esmeraldas, que por muchos años ha sido la más
grande del país. Como fundamento del mandato de Rodríguez Lara se proclamó un
Movimiento Nacionalista Revolucionario, que en lo esencial proponía la
transformación social y económica del Ecuador, utilizando para ello los
recursos económicos que generara la exportación del llamado "oro
negro".
Adquisiciones
de armamento y equipos para las fuerzas armadas
Otra medida digna de mención
acontecida durante el gobierno de Rodríguez Lara, fue que se renovaron
significativamente los equipos de las tres ramas de las fuerzas armadas,
adquiriéndose armamento moderno y acorde a las necesidades de defensa del
momento. Un claro ejemplo de esto es que
Desgaste del
régimen
Hacia 1974 el régimen rodriguista
empezó a desgastarse pública y políticamente. Perdió el soporte del pueblo, que
se mostraba visiblemente desencantado porque las riquezas del petróleo no se
filtraban en proporción suficiente al aumento del costo de la vida. Los
campesinos y los sindicatos le retiraron poco a poco el apoyo que le habían
prestado al general Rodríguez Lara. Los partidos políticos de inclinación
centrista y derechista reclamaban el retorno al régimen formal. La oligarquía y
las compañías petroleras intrigaban con algunos militares de orientación
derechista. El gobierno comenzó a referirse a un plan de retorno a la
democracia. Las medidas económicas adoptadas a mediados de 1975 para corregir
la debilidad de la reserva monetaria internacional despertaron el rechazo de
los grupos dirigentes del comercio. El 31 de agosto de 1975, en connivencia con
políticos agrupados en un "Frente Cívico", el general Raúl González
Alvear y otros generales del Ejército se alzaron en armas.
Intento de
golpe de estado en agosto de 1975
El 31 de agosto de 1975 Rodríguez Lara
enfrentó un cruento intento de golpe de estado liderado por el general Raúl
González Alvear, del que salió bien librado y que dejó un saldo trágico de 22
muertos, incluyendo a un oficial del ejército con el grado de coronel. La
motivación para intentar el derrocamiento de Rodríguez Lara estuve en el
desgaste que a esas alturas ya experimentaba su régimen. El alzamiento fue
dirigido desde una funeraria cercana al palacio de gobierno y produjo serios
enfrentamientos entre las distintas facciones del ejército que intervinieron.
El escenario de los combates fue principalmente el centro histórico de Quito.El fracaso de la intentona golpista se debió al apoyo que obtuvo el general Rodríguez Lara de la brigada blindada "Galápagos", que tiene su sede en la ciudad de Riobamba, provincia de Chimborazo. La facción del ejército que intentó el golpe simplemente no tuvo la fuerza suficiente como para imponerse, pese a que el gobierno de Rodríguez Lara ya estaba notoriamente debilitado. González Alvear advirtió que no contaba con el apoyo de la marina de guerra ni de la fuerza aérea, por lo que tuvo que desistir de su intento y rendirse. El general González Alvear posteriormente se exilió en Chile. El intento de golpe tuvo como objetivo devolver la democracia y la instucionalidad al país, lo cual se había perdido. Un claro ejemplo de ello son los diferentes ataques perpetrados a los medios de comunicación por parte del gobierno de facto de Rodríguez Lara.
La salida
del poder
El cruento intento de golpe de estado
del general Raúl González Alvear fue fulminante, pese a que en un principio no
consiguió el propósito trazado, y al final terminó de debilitar al gobierno de
Rodríguez Lara. De esa forma, apenas cuatro meses después de la intentona golpista,
los comandantes generales del ejército, la marina y la aviación lo presionaron
para que renunciara a su cargo, y finalmente lo relevaron del mando el 11 de
enero de 1976. Su salida no fue violenta ni traumática: más bien pactó con los
altos jefes militares un plazo prudencial para retirarse, lo que le permitió
realizar el matrimonio de su hija en el Palacio de Carondelet días antes de
entregar el mando, y organizar él mismo el traspaso del poder entre honores
militares y con mucha dignidad. El mismo día en que entregó el poder, lo cual
aconteció muy temprano en la mañana, se trasladó a su ciudad natal, Pujilí,
donde terminó bailando alegremente en las calles, tal como lo demuestran las
fotos que existen del acontecimiento, y que posteriormente circularon en los
medios de prensa. Rodríguez Lara fue sucedido por el Consejo Supremo de
Gobierno, un triunvirato militar integrado por el Almirante Alfredo Poveda
Burbano, en representación de
Actividad
posterior a la salida de la presidencia
Al dejar el gobierno, el general
Guillemo Rodríquez Lara abandonó completamente la vida pública y política,
pasando a estar la mayor parte del tiempo en sus propiedades rurales en la
provincia de Cotopaxi, dedicándose a una vida muy tranquila, a la ganadería, al
cultivo de palma africana, obtención de palmitos, etcétera. Desde entonces no
ha vuelto a figurar en política y sus incursiones públicas han sido casi nulas
o de muy bajo perfil. Desde que fue defenestrado apenas ha tenido contacto con el
periodismo y tampoco ha dado mucho que hablar sobre él. Bien podría decirse que
su figura desapareció del mundo noticioso y de la prensa.
2.-Escribir una frase
con lo que siente sobre el periodo dictatorial.
La dictadura es para
gobernar sin preguntar y mandar a diestra y siniestra, el hombre no puede
permanecer en una dictadura tarde o temprano esa dictadura se descubre y se
termina desasiendo, porque el gobierno no es mas fuerte que el pueblo, sin
pueblo no hay gobierno, el gobierno debe obedecer a su pueblo.
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